PARTE II' DE III
Como dijimos en el capítulo anterior, el Príncipe Gallo se encontraba ante las huestes del Principillo azul, quien harto seguro estaba de su virtual triunfo, contra las huestes enemigas a vencer, fuera como fuera, a cualquier costo.
No era era desconocido para los pobladores del reinado, los siervos y algunos patricios que el Principillo azul, en reunión de sus consejeros y del árbitro de la contienda, habían urdido estratagemas y triquiñuelas para aplicarlas en el momento debido. Fue así que asestaron golpes en algunas batallas en las cuales servían algunos de los bastiones del principillo azul [dicho sea de paso las tierras del Centro]. En algunas batallas frente a frente aplicaron algunas de estas triquiñuelas, así como cuando el árbitro decidió evaluar la contienda, después de la cual aparecieron algunas de ellas.
Semanas antes, era sabido que el pariente favorito y no menos innoble, había logrado preparar las batallas hacia el principillo enano azul, de mente corta y amistades nocivas [se sabía de amistades de las huestes de las tierras del Centro a su servicio estaban en el momento en que las huestes del Príncipe Gallo llegaran a solicitar una batalla de honor].
Así comenzó la contienda y con ella la práctica de sus malhadadas mañas.
Llegó el día de la contienda y toda la población participó en la batalla campal. La gente estaba alegre, aunque no menos nerviosa y optimista, de modo tal que participaron. La contienda se estaba realizando en buena lid hasta ese momento. Pero hubo lllegado el momento de dar por ganador a uno de los contendientes.
El principillo de las tierras oscuras y calientes vestido de rojo no había llegado ni siquiera a la primera ronda de peleas. La contienda al parecer fue muy reñida pero la verdad es que se habían colado por allí algunos amigos del régimen para poner en práctica los malhadados consejos del pariente incómodo. El ábaco de aquellos consejeros que estaban contando las batallas de los respectivos príncipes no estaban dando un valor real de las cuentas, le estaban quitando puntos al Príncipe Gallo de las tierras acusosas del Este, de modo que los vasallos del Príncipe del blasón del Gallito así como él mismo, pidieron a los consejeros del rey que le hicieran justicia en sus números. De nuevo aquellos realizaron su conteo pero no dudaron en jactarse que eso no daría resultado y de cualquier modo el conteo favorecería al Principillo azul.
La evaluación de la contienda continuó, ¿pero que hubo?. Sucede que durante cinco etapas los contadores de ábaco del reino no dieron por sentado ciertos números y su ábaco, el que se encaragaba de contar los valores del Príncipe de las tierras acuosas no contaban con algunas cuentas, fue entonces que de nuevo comenzaron a favorecer al malandrín Principillo amigo del Mago Merlín, el Brujo de las Cazuarinas y favorito del Rey Ba-botas y la consorte.
Es ocioso decir a quien dieron por ganador los consejeros del Rey Ba-botas porque la guerra sucia de los Infieles del Centro hasta el momento había sido victoriosa gracias al fervor del apadrinado de Felipillo I y Mangadota, y protegido de la bruja lideresa de las huestes del retorno de los brujos, el infiel Ugaldo, quien dió a conocer las cifras de los contendientes con falsos resultados.
El valiente Príncipe Gallo ante tal deshonor de los consejeros y de la burla hacia sus vasallos y los siervos, no ha cejado un momento y ha solicitado a los principales del Consejo y de la corte que evalúen con justicia las batallas conseguidas en buena lid, así como convocado a sus leales vasallos a conservar la calma y la fuerza para las próximas batallas en buena lid, respetando el libro del reino.
El malhadado Brujo de las Cazuarinas ha metido su cucharota como siempre y ha sugerido que la contienda ha concluído, sugiriendo a los consejeros no hacer más de lo que se ha hecho hasta ahora para mantener la indigna ganancia del favorito azulado.
Al margen de esa discusión de consejeros, los siervos e incluso hasta las huestes enemigas saben que el Príncipe Gallo ha sido el vencedor ante el principillo de las manos sucias [tocador del excremento de los reyes]. La batalla, que no en su totatlidad, fue una farsa para sugerirle al pueblo que tenían algo de voz ante los designios de su "bajeza" [en otros cuentos a la realeza le dicen su "alteza, no en este] y por ello no ha terminado. Los siervos no han pensado en una rebelión pero ante tales circunstancias del oprobio hacia el pueblo, hay gran indignación.
Es por ello que este final aún no se escribe y esperaremos al veredicto final que no creemos que cambiará mucho para el mal de este reino desinformado y poco optimista.
Moraleja frase o lo que se quiera:
Ojo por ojo, voto por voto, punto por punto, batalla por batalla.
Como dijimos en el capítulo anterior, el Príncipe Gallo se encontraba ante las huestes del Principillo azul, quien harto seguro estaba de su virtual triunfo, contra las huestes enemigas a vencer, fuera como fuera, a cualquier costo.
No era era desconocido para los pobladores del reinado, los siervos y algunos patricios que el Principillo azul, en reunión de sus consejeros y del árbitro de la contienda, habían urdido estratagemas y triquiñuelas para aplicarlas en el momento debido. Fue así que asestaron golpes en algunas batallas en las cuales servían algunos de los bastiones del principillo azul [dicho sea de paso las tierras del Centro]. En algunas batallas frente a frente aplicaron algunas de estas triquiñuelas, así como cuando el árbitro decidió evaluar la contienda, después de la cual aparecieron algunas de ellas.
Semanas antes, era sabido que el pariente favorito y no menos innoble, había logrado preparar las batallas hacia el principillo enano azul, de mente corta y amistades nocivas [se sabía de amistades de las huestes de las tierras del Centro a su servicio estaban en el momento en que las huestes del Príncipe Gallo llegaran a solicitar una batalla de honor].
Así comenzó la contienda y con ella la práctica de sus malhadadas mañas.
Llegó el día de la contienda y toda la población participó en la batalla campal. La gente estaba alegre, aunque no menos nerviosa y optimista, de modo tal que participaron. La contienda se estaba realizando en buena lid hasta ese momento. Pero hubo lllegado el momento de dar por ganador a uno de los contendientes.
El principillo de las tierras oscuras y calientes vestido de rojo no había llegado ni siquiera a la primera ronda de peleas. La contienda al parecer fue muy reñida pero la verdad es que se habían colado por allí algunos amigos del régimen para poner en práctica los malhadados consejos del pariente incómodo. El ábaco de aquellos consejeros que estaban contando las batallas de los respectivos príncipes no estaban dando un valor real de las cuentas, le estaban quitando puntos al Príncipe Gallo de las tierras acusosas del Este, de modo que los vasallos del Príncipe del blasón del Gallito así como él mismo, pidieron a los consejeros del rey que le hicieran justicia en sus números. De nuevo aquellos realizaron su conteo pero no dudaron en jactarse que eso no daría resultado y de cualquier modo el conteo favorecería al Principillo azul.
La evaluación de la contienda continuó, ¿pero que hubo?. Sucede que durante cinco etapas los contadores de ábaco del reino no dieron por sentado ciertos números y su ábaco, el que se encaragaba de contar los valores del Príncipe de las tierras acuosas no contaban con algunas cuentas, fue entonces que de nuevo comenzaron a favorecer al malandrín Principillo amigo del Mago Merlín, el Brujo de las Cazuarinas y favorito del Rey Ba-botas y la consorte.
Es ocioso decir a quien dieron por ganador los consejeros del Rey Ba-botas porque la guerra sucia de los Infieles del Centro hasta el momento había sido victoriosa gracias al fervor del apadrinado de Felipillo I y Mangadota, y protegido de la bruja lideresa de las huestes del retorno de los brujos, el infiel Ugaldo, quien dió a conocer las cifras de los contendientes con falsos resultados.
El valiente Príncipe Gallo ante tal deshonor de los consejeros y de la burla hacia sus vasallos y los siervos, no ha cejado un momento y ha solicitado a los principales del Consejo y de la corte que evalúen con justicia las batallas conseguidas en buena lid, así como convocado a sus leales vasallos a conservar la calma y la fuerza para las próximas batallas en buena lid, respetando el libro del reino.
El malhadado Brujo de las Cazuarinas ha metido su cucharota como siempre y ha sugerido que la contienda ha concluído, sugiriendo a los consejeros no hacer más de lo que se ha hecho hasta ahora para mantener la indigna ganancia del favorito azulado.
Al margen de esa discusión de consejeros, los siervos e incluso hasta las huestes enemigas saben que el Príncipe Gallo ha sido el vencedor ante el principillo de las manos sucias [tocador del excremento de los reyes]. La batalla, que no en su totatlidad, fue una farsa para sugerirle al pueblo que tenían algo de voz ante los designios de su "bajeza" [en otros cuentos a la realeza le dicen su "alteza, no en este] y por ello no ha terminado. Los siervos no han pensado en una rebelión pero ante tales circunstancias del oprobio hacia el pueblo, hay gran indignación.
Es por ello que este final aún no se escribe y esperaremos al veredicto final que no creemos que cambiará mucho para el mal de este reino desinformado y poco optimista.
Moraleja frase o lo que se quiera:
Ojo por ojo, voto por voto, punto por punto, batalla por batalla.
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