Nos llegó vía correo electrónico Estimado señor Fernández de Cevallos, hace casi 2000 años, camino a Damasco un hombre como usted, respirando amenazas y asesinato, se encontró con una luz que del cielo fulguró. En medio de esa luz una voz le preguntó: "Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?". Esa luz lo hizo recapacitar y después de tres días de ayuno y ceguera se convirtió al cristianismo, siendo conocido después como el apóstol Pablo, un gran misionero. El día de hoy regresa usted, con el cabello cortado de estilista y la barba de pordiosero, queriendo que creamos que una luz fulguró por siete meses en su camino y que logró su conversión; una luz del cielo que lo ha transformado. Pero transformarlo de qué. ¿Quién era usted antes de que esa luz lo transformara? No lo voy a decir yo, sólo anotaré lo que de usted piensan sus supuestos secuestradores y una gran parte de los mexicanos; para ellos era usted "operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderec...